Oleg Anatólievich Salenko, conocido como Salenko, es un exfutbolista ruso que jugó en España para el CD Logroñés, Valencia y Córdoba CF. Se trata de uno de los pocos jugadores que ha participado con tres selecciones distintas: la extinta Unión Soviética, Ucrania y finalmente Rusia, con la que participó en ocho ocasiones anotando seis goles, los cinco que anotó ante Camerún en el Mundial 94 (que le convierten en el único jugador de la historia en conseguir dicha cantidad en un solo encuentro mundialista) y otro más para lograr la bota de oro compartida con el búlgaro Hristo Stoichkov en Estados Unidos. Salenko llegó a España allá por la temporada 92/93 para jugar en el Logroñés, aunque sería a la siguiente donde alcanzaría el éxito anotando 16 goles en 31 encuentros. Llamaría la atención del Valencia, club al que se incorporaría tras el Mundial, pero, aunque marcó algunos tantos, no pudo echar raíces en la ciudad del Turia. Posteriormente jugaría en Escocia, Turquía, retornaría a España para desempeñarse sin éxito en el Córdoba y finalmente se retiraría en Polonia en el año 2001. Se trataba un delantero con buenos guarismos anotadores, más terminal que combinativo en el juego y con capacidad innata para el remate.
Oleg Salenko
Oleg Anatólievich Salenko, conocido como Salenko, es un exfutbolista ruso que jugó en España para el CD Logroñés, Valencia y Córdoba CF. Se trata de uno de los pocos jugadores que ha participado con tres selecciones distintas: la extinta Unión Soviética, Ucrania y finalmente Rusia, con la que participó en ocho ocasiones anotando seis goles, los cinco que anotó ante Camerún en el Mundial 94 (que le convierten en el único jugador de la historia en conseguir dicha cantidad en un solo encuentro mundialista) y otro más para lograr la bota de oro compartida con el búlgaro Hristo Stoichkov en Estados Unidos. Salenko llegó a España allá por la temporada 92/93 para jugar en el Logroñés, aunque sería a la siguiente donde alcanzaría el éxito anotando 16 goles en 31 encuentros. Llamaría la atención del Valencia, club al que se incorporaría tras el Mundial, pero, aunque marcó algunos tantos, no pudo echar raíces en la ciudad del Turia. Posteriormente jugaría en Escocia, Turquía, retornaría a España para desempeñarse sin éxito en el Córdoba y finalmente se retiraría en Polonia en el año 2001. Se trataba un delantero con buenos guarismos anotadores, más terminal que combinativo en el juego y con capacidad innata para el remate.