Gica Hagi


Vamos ahora con uno de esos cromos “manipulados” tan típicos en los 90 que resultaban un poco chocantes a la vista, pero que tan necesarios se antojaban a la hora de editar los fichajes que todavía no se habían enfundado la camiseta oficial. Y es el caso de este cromo que supuso el fichaje de Gheorghe Hagi (o Gica como se conoce a los Jorgitos en Rumania) por el Real Madrid. Estamos ante un exfutbolista rumano de inconmensurable clase que llegó a Madrid procedente del Steaua en el año 90. Se trata de uno de los mejores centrocampistas en la historia del fútbol europeo que destacaba por sus dotes de mando, pero también por su visión, criterio para la organización y por ser poseedor de una demoledor disparo. Sin embargo, en Madrid solo permanecería dos temporadas tras las cuales ficharía por el Brescia italiano. También jugaría en Barcelona después de terminar su aventura en el país transalpino para completar un periplo de dos años en tierras catalanas que darían paso a la que fue, probablemente, su etapa más gloriosa (al margen de su irrupción en el fútbol rumano) al incorporarse a las filas del Galatasaray turco. Este apunte cobra sentido al tener en cuenta que el rumano no conseguiría ningún título de relevancia en su estadía en España, lo que solo se puede entender como un hecho propiciado por la mala suerte teniendo en cuenta el nivel de los clubes donde jugó. Con su selección participó en 125 ocasiones siendo su líder absoluto dentro de la época dorada del fútbol de este país, motivo por el que es considerado hoy en día como el mejor futbolista rumano de todos los tiempos.